lunes, 30 de mayo de 2016

La Chichamaya

La chíchamaya

Entre los 23 monumentos de la ciudad de Valledupar, hay uno que pasa muy a menudo desapercibido. Se trata de la Chichamaya: una escultura en bronce situada cerca de la Villa Olímpica.
Su autora, Elma Pignalosa, es una escultura bogotana que ha contribuido especialmente al desarrollo del patrimonio en Valledupar. Es también la autora de Los Galleros: una obra expuesta en una de las rotondas más concurridas de la capital del Cesar.
Pero en este artículo queremos centrarnos en el significado de la Chichamaya y conocer el origen de la palabra. Si indagamos en su origen descubrimos que se refiere a una danza  de la etnia wayuu, oriunda de la Guajira.
Esta danza representa una auténtica lucha entre el hombre y la mujer en la cual aparecen muchos elementos de la vida familiar en la Guajira (que hacen referencia a la pareja o la poligamia).
En pleno baile, las mujeres se suceden para atacar a los hombres con el fin de mantener un equilibrio simbólico. En la práctica, existen muchos otros significados como el de marcar positivamente el inicio de un matrimonio, el comienzo de la etapa de una mujer o los éxitos económicos dentro de una comunidad.
Esta danza encierra muchos misterios espirituales ya que los chamanes wayuu la solicitan para curar a algunos habitantes o llamar a ciertos espíritus. Por ese motivo, la Chichamaya puede considerarse un baile de múltiples significados que ayuda a organizar la vida cotidiana de las poblaciones indígenas.
Pese a su larga edad y la cercanía con otras civilizaciones, la danza chichamaya sigue siendo una de las expresiones colectivas más populares en la actualidad. Se practica con mucha frecuencia y permite la conservación de algunos elementos identificativos de la región como la caja, la casera (los palos con los que se toca la tambora), el Pioui (el círculo para danzar), la Kialoja (un pañuelo largo) y el Paluse (pintura facial).
La presencia del monumento de la Chichamaya en Valledupar recuerda la cercanía de la Guajira y su importante legado en la cultura local. Es un reconocimiento a las culturas indígenas: esenciales en la identidad cesarense.
la Chichamaya / Foto: Elma Pignalosa

La Pilonera mayor

la pilonera mayor


Valledupar celebra el 1 de agosto, el natalicio de ‘la Cacica’ Consuelo Araújo Noguera, (1940/2001)  destacada mujer,  líder en varias actividades  que desempeño   en beneficio de la comunidad vallenata, a la que  tanto amó,  a través de su intensa vida.
Una de las labores que cultivó con  solvencia La Cacica, fue la cultural, donde tuvo un papel protagónico bastante interesante en beneficio de nuestras máximas expresiones, principalmente la música vallenata, de la cual se convirtió en su abanderada, al sacarla de los corrales  donde encontraba y llevarla a los más encopetados  escenarios del mundo, con la creación del Festival Vallenato.Este hecho realmente, fue determinante en la masificación de  nuestro folclor, a partir de ese instante, todos los rincones y estratos de nuestro país y el mundo, se interesaron por la música del valle y  trajo consigo a Valledupar, inversionistas que  le han  dado progreso a estas tierras.  

La Sirena de Hurtado

La Sirena de Hurtado: Jorge Maestre, cuyo talento y capacidad artística parecen no tener fin, concibió esta figura, rarísima, para plasmar la mítica silueta de la Sirena de Hurtado que fue colocada sobre una de las rocas que resguardan la orilla izquierda del río Guatapurí. Elaborada en fibra de vidrio con un atrayente color dorado que resalta la exótica belleza de la única sirena de agua dulce que existe en el mundo, la escultura plasma y representa una de las Leyendas de mayor arraigo y tradición en la mitolología vallenata, como lo es "la Sirena de Hurtado".

Homenaje al Viajero

Homenaje al Viajero: Situado en la carrera 9a con calle 12 (Parque el Viajero), fue elaborado en fibra de vidrio por los estudiantes de la Escuela de Bellas Artes, bajo la orientación de doña Edith Castro de Rodríguez. El propósito de esta escultura fue plasmar la figura bonachona del viajero que antaño, en los llamados buses municipales o chivas, venía de las poblaciones vecinas (La Mina, Guacoche, Badillo, Patillal, entre otras) a mercar y hacer diligencias en Valledupar, y logrado su cometido se devolvía, con la maleta llena, a sentarse y a esperar el carro que lo devolviera a su lugar de origen. El sitio donde está ubicado es el mismo donde, en otras épocas, quedaba "La estación" donde llegaban los vehículos a dejar y recoger pasajeros.

La Revolución en Marcha

La Revolución en Marcha: Situada en el costado suroriental de la Plaza Alfonso López de Valledupar, la escultura "La revolución en marcha" del Maestro Rodrigo Arenas Betancur, se yergue imponente en su majestuosidad, recortándose sobre el azul del cielo vallenato como la más perfecta realización del vuelo de la idea. Fue concebida por el Maestro Arenas Betancur, gracias al encargo que le hizo la gobernadora Paulina Mejía de Castro Monsalvo en homenaje a uno de los vallenatos y colombianos más queridos: Doctor Alfonso López Pumarejo, en cuya primera presidencia Valledupar obtuvo grandes beneficios que le permitieron pasar de ser una remota aldea a una pequeña ciudad de futuro promisorio. "La revolución en marcha", además, fue el nombre de su programa de gobierno que le dio, por primera vez en la historia, garantías y derechos sociales a los trabajadores y a la mujer.

Los Poporos

Los Poporos: elaborados por Jorge Maestre con la técnica de fundir en bronce a la cera perdida, es uno de los más hermosos monumentos con que cuenta la ciudad. Situado en la avenida Juventud, frente al Coliseo Cubierto "Julio Cesar Monsalvo", se destaca por la originalidad del concepto y la limpieza de los materiales que sirvieron para concebir esta bella escultura que es un reconocimiento -el más adecuado, si se quiere- a las tres etnias indígenas que aún habitan en la Sierra Nevada, como lo son los arhuacos, los koguis y los arzarios. "Los Poporos" representan el adminículo del mismo nombre que usan los indígenas para conservar el "jayo" que paladean permanentemente y que es un elemento característico de su cultura.

jueves, 26 de mayo de 2016

El Pedazo de Acordeón

El Pedazo de Acordeón: Situado en la Avenida Hurtado. Escultor: GABRIEL BELTRÁN. Materiales: Hierro, Bronce fosforado, bruñido y ensamblado, cobre rojo ensamblado. Dimensiones: 6 m de alto, 10 m de largo y 4.5 m de ancho. PROPÓSITO: Con la ejecución e instalación del monumento “Mi pedazo de Acordeón”, una de las obras escultóricas de vanguardia mas controvertidas de la región, la Alcaldía de Valledupar se propuso rendir un homenaje al acordeonero, cantor y compositor, representado en el juglar por excelencia: Alejandro Durán, cuya canción de este mismo nombre ("Mi pedazo de acordeón") pasó a convertirse, por derecho propio, en una especie de símbolo musical costeño dadas sus calidades musicales y el sentimentalismo de su texto en el que el cantor pone de presente que su más grande tesoro es su acordeón y solo pide que lo sepulten con ella.